El Informe Mundial sobre los Docentes 2024, publicado por la UNESCO en 2025, alerta sobre la necesidad de 44 millones de nuevos docentes en el mundo para alcanzar la educación universal en 2030. En este sentido, América Latina enfrenta un déficit superior a 3,2 millones, y aunque no es la región más afectada en términos absolutos, si atraviesa una crisis con rasgos propios. En Colombia, por ejemplo, más de la mitad de los directivos escolares reportan dificultades para encontrar docentes calificados (OCDE, 2019), además, un tercio del magisterio está próximo a la jubilación (MEN, 2022). Este panorama exige repensar el problema no solo en clave de escasez, sino también desde la calidad de la formación y la distribución equitativa del profesorado.
Más que aumentar las contrataciones, el desafío está en transformar la profesión docente y la manera en que la sociedad valora y apoya a sus maestros y maestras. Se necesita un nuevo contrato social que les reconozca como actores fundamentales para el futuro educativo, con políticas que garanticen condiciones laborales dignas, procesos de formación y evaluación iniciales y continuas de calidad, y espacios para la autonomía, la colaboración y la innovación. La urgencia de esta transformación no solo responde a la escasez numérica, sino al compromiso con una educación verdaderamente equitativa y transformadora. Con base en el informe de la UNESCO y otras fuentes, destacamos los componentes que podría tener una visión comprensiva para Colombia y otros países de la región:
1. Atraer candidatos de alta calidad con criterios de diversidad
En primer lugar, se requiere atraer y reclutar a los mejores candidatos posibles; actualmente, los estudiantes que optan por la docencia en América Latina obtienen, en promedio, resultados académicos más bajos que quienes eligen otras profesiones (UNESCO, 2025; LEE, 2020; Bruns y Luque, 2014). Además de excelencia, es necesario que ese talento sea diverso: docentes de distintos contextos y características ayudan a fortalecer el aprendizaje. Ejemplos como la Beca Vocación de Profesor en Chile y otras similares pueden ayudar a ejemplificar la atracción de ese talento.
2. Elevar la calidad de la formación inicial docente
La mejora en la calidad docente depende, en buena parte, de fortalecer la formación inicial. La evidencia muestra que los docentes novatos con más años de formación permanecen el doble de tiempo en la profesión. Una formación de calidad equilibra el desarrollo de contenido pedagógicos y disciplinares con tiempo suficiente de práctica en aula (UNESCO, 2025) y reconoce el valor que esta última tiene en sí mismo. En este sentido, también es se debe evaluar qué perfiles profesionales de ingreso serán válidos considerando la creciente incorporación de profesionales con formación inicial distinta a educación.
Otro elemento fundamental para mejorar la calidad es establecer estándares claros sobre lo que un docente debe saber y saber hacer. Chile, Perú y México ya han avanzado en esta línea, y a nivel global, Education International y la UNESCO han propuesto un marco común que abarca aspectos como conocimiento pedagógico, práctica docente y relaciones pedagógicas. Por último, se requiere, además, considerar la distribución territorial de la oferta de formación inicial docente, para garantizar que los territorios rurales y rurales dispersos tengan ofertas diversas y de calidad.
3. Implementar evaluaciones integrales de desempeño para la certificación
Se necesita un enfoque más integral para identificar el talento docente del futuro, en esa medida parece necesario moverse a un enfoque de evaluación de desempeño autentico que permita observar a los egresados de programas de educación en contextos cercanos al real. El caso de California, con su evaluación PACT, es ilustrativo de este tipo de evaluaciones. Una prueba aplicada al final de la formación que cuenta con respaldo de las Facultades de Educación y que intenta reconocer lo que los maestros pueden hacer en el aula, además, fortalecida por el análisis de elementos propios de la práctica del docente. (Darling-Hammond, 2010). La aplicación de estas pruebas debería, además, considerar la capacidad del docente para interpretar el aula, tomar decisiones fundamentadas y reconstruir su saber a partir del diálogo entre experiencia y conocimiento (Trujillo-Losada, 2024; UNESCO, 2025).
4. Fortalecer el sistema de ingreso a la carrera docente y de acompañamiento en los primeros años
Se requiere establecer un tránsito más estructurado entre la formación inicial y el ejercicio profesional. Países como Corea del Sur, Japón y Singapur combinan exámenes, pasantías supervisadas y procesos de selección anticipada con apoyo financiero y compromisos de permanencia (Compartir, 2014). La evidencia señala que los primeros años de ejercicio docente son críticos para la permanencia y el desarrollo profesional. La falta de un acompañamiento adecuado hace que muchos docentes noveles enfrentan aislamiento y frustración, lo que desencadena en abandono temprano de la profesión. Por ello, recomendamos implementar programas nacionales de inducción con un sistema de mentoría estructurada, retroalimentación formativa y acceso a redes de aprendizaje entre pares.
5. Fortalecer la autonomía docente y promover la colaboración docente
El informe de UNESCO (2025) destaca que otorgar autonomía curricular, metodológica y evaluativa a los docentes mejora su motivación y permanencia en el sistema. Sin embargo, señala que esta autonomía debe estar respaldada por procesos rigurosos de selección, formación y evaluación para asegurar que se pueda confiar en brindar dicha autonomía; así como fortalecer el desarrollo de un juicio pedagógico y situado. A la par, fomentar la colaboración profesional es clave: prácticas como la planificación conjunta, la observación entre pares y la mentoría fortalecen el desarrollo docente, mejoran la calidad de la enseñanza y elevan la satisfacción laboral. Esto, además, consolida comunidades profesionales comprometidas con el aprendizaje colectivo y la mejora continua.
6. Sistema de evaluación permanente a los docentes en servicio
Si bien es clave contar con evaluaciones durante los primeros años en la carrera, el seguimiento debe extenderse a todos los docentes. Para que la autonomía y la colaboración sean sostenibles, deben ir acompañadas de mecanismos de rendición de cuentas que motiven, generen retroalimentación útil y promuevan el desarrollo profesional, sin convertirse en cargas burocráticas. La literatura destaca que los sistemas de evaluación docente deben tener un enfoque formativo, profesionalizante, participativo y orientado a la mejora continua, evitando prácticas punitivas o basadas únicamente en pruebas estandarizadas.
7. Garantizar condiciones laborales dignas
Garantizar condiciones laborales dignas es clave para mejorar la enseñanza y reducir el abandono docente. La sobrecarga laboral, clases numerosas y la falta de apoyo institucional afectan el bienestar del profesorado, especialmente en contextos vulnerables (Arnold y Rahimi, 2024). Además de reducir el estrés y las tareas administrativas, se requieren salarios justos y sostenidos para atraer y retener talento. Estas condiciones son esenciales para construir una profesión docente sólida, comprometida y capaz de responder a los desafíos educativos con calidad y equidad.
8. Reducir los ataques contra los maestros y mejorar la imagen de los docentes
Reducir los ataques físicos y simbólicos contra los docentes es clave para proteger su integridad, dignidad y permanencia en la carrera. Según la UNESCO (2025), cada vez más maestros enfrentan violencia en el entorno escolar, desde agresiones e insultos hasta amenazas y acoso en redes sociales por parte de estudiantes, familias y otros actores. Estas situaciones afectan su salud mental y motivación, especialmente en contextos vulnerables, y disuaden tanto el ingreso como la permanencia en la profesión, debilitando así los esfuerzos por garantizar una educación de calidad.
Coincidimos con la UNESCO en que quizás necesitamos un nuevo “contrato social” para la educación, basado en el respeto, la autonomía, la rendición de cuentas y el aprendizaje a lo largo de la vida de los docentes. En Colombia, esto implica desarrollar un pacto nacional y una política docente que tenga a la pedagogía y al pensamiento crítico como elementos centrales. Esta estrategia debe construirse mediante diálogo social con múltiples actores. El Informe Mundial sobre Docentes 2024 es tanto un espejo como un mapa: refleja los desafíos complejos y multidimensionales que enfrentan los docentes en América Latina. Para los gobiernos, el mensaje es claro: alcanzar el ODS 4 requiere transformar la docencia en una profesión valorada, apoyada, celebrada y protegida de ataques en todos los niveles. Para la sociedad civil y los líderes educativos, el informe es una herramienta para la incidencia y la exigencia. Y para nosotros como docentes, es un reconocimiento de nuestro papel irremplazable en la construcción de futuros justos e inclusivos.
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Referencias
Arnold, B., & Rahimi, M. (2024). La situación del personal docente en el mundo 2024. Bruselas: Internacional de la Educación. ISBN: 978-92-9276-028-1.
Bruns, B., & Luque, J. (2014). Docentes excelentes: Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe. Washington, DC: Banco Mundial.
Darling-Hammond, L. (2010). Evaluating teacher effectiveness: How teacher performance assessments can measure and improve teaching. Center for American Progress. https://www.americanprogress.org/article/evaluating-teacher-effectiveness/
Fundación Compartir. (2014). Tras la excelencia docente: Cómo mejorar la calidad de la educación para todos los colombianos. Bogotá: Fundación Compartir.
Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana. (2020). Informe No. 21 Un análisis sobre los programas de las ciencias de la educación. Recuperado de https://lee.javeriana.edu.co/publicaciones-ydocumentos
Ministerio de Educación Nacional (MEN), Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente, Universidad de los Andes & Universidad de La Sabana. (2022). La formación docente en Colombia: Nota técnica
OCDE. (2019). Resultados de TALIS 2018. Volumen I: Docentes y directores de centros educativos como profesionales del aprendizaje. París: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Trujillo-Losada, M. F. (2024). Técnicas para la formación práctica: 120 años pretendiendo superar la tensión teoría-práctica. En A. Bernal Martínez De Soria & C. Naval Durán (Eds.), Educar y transformar. Una ilusión del presente para el futuro (pp. 395-413). EUNSA. https://www.eunsa.es/libro/educar-y-transformar_159374/
UNESCO. (2025). Informe mundial sobre el personal docente: Afrontar la escasez de docentes y transformar la profesión. París: UNESCO.